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viernes, 19 de agosto de 2011

LA AUTORIDAD MORAL

Cualquier amante del deporte, alejado de prejuicios económicos y respuestas materiales, conoce las palabras mencionadas en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres de 1908 por parte del barón Pierre de Coubertain: “Lo importante no es ganar, sino participar”
Esta esencia del deporte ya no existe. Me encuentro frustrado ante mi condición de maestro/educador. Nos postramos ante un grupo de alumnos y les presentamos unos valores que intentamos descubrirles y que, incluso, evaluamos. Salen del escenario de la escuela y se topan con una sociedad hipócrita que no responde a aquello que luchamos a diario por enseñarles.
Esa autoridad moral que tardamos meses, quizás años, en ganarnos, se derrumba y pasa a manos de poderosos millonarios que salen en televisión y usan las armas de su fama para convertirlos en marionetas de su estilo.
El deporte de espectáculo es avaricioso, engendra intereses personales y económicos por todas sus arterias. Poco importa lo que se transmita si es rentable. Prefieren darse de hostias antes de mostrar su humildad y respeto. Se ausentan cuando sus objetivos no se cumplen. Pero me resigno a no señalar a los responsables. Mi inquietud por luchar por un mundo mejor y, por lo tanto, con un deporte mejor, no me permite dormir la mona y esperar al siguiente día para cuando ya se me haya pasado la borrachera. No.
Desde casi siempre, sólo utilizo los medios de comunicación para disfrutar del deporte. Soy crítico con casi todo lo demás que se emite. Intento dominar al medio. Eso sí, salvo a la radio, fiel amiga. Comencemos por ir señalando a algunos de mis culpables. Los medios deportivos se han convertido en unos estrategas fundamentalistas donde interesa más si Cristiano ha salido de fiesta que Nadal entrene horas para mejorar cada día. Es más importante mentir sobre fichajes que venden periódicos que criticar a intermediarios que están destruyendo el fútbol. Interesa más saber si la Cope ha fichado a Paco González que buscar periodistas de calidad. Y eternizaría el texto poniendo ejemplos.
Señalo con el dedo de frente a personas como Florentino Pérez; vacilones del señorío, eterno “perdonavidas”, empresario respetado, poderoso adinerado, actor de lujo ante la prensa, vanaglorioso de los buenos modales… pero cómplice de un modelo. Sí. Un modelo materialista, con un precio indescriptible, donde se olvida la esencia del barón antes mencionado. Sus medios no tienen escrúpulos. Es un valiente que se atreve a hacernos creer que él tiene tanto poder que eso le hace libre para ganarlo todo.
Y tiene el descaro de entregar su club a un señor que presume de ser buena persona en la intimidad llamado José Mourinho. Un extraterrestre de la educación. Un señor sacado de libros mitológicos con un poder sobrenatural que influye directa e indirectamente en los que le rodean y en los que no. Tiene la capacidad de desmenuzar más de cien años de historia del club más laureado del mundo y, por desgracia, ha conseguido que vea ciertos partidos con una agresividad que me desconozco. De ahí que denuncie su eficacia devoradora.
Y sobre personajes como éste amamantan “Pepes” y “Marcelos” que se creen su evangelio. Y salpican a “Casillas” y “Ramos” estandartes de una selección modélica que ha laureado sus éxitos apoyados en un fundamento protagonizado primero por la persona, antes que el deportista.
Y a esta gente hay que desmascararla. No hay que tener miedo de ellos. Son culpables de derrocar autoridades morales que cuestan demasiado construir. Si queremos un mundo mejor, más tolerante, donde reine el respeto… debemos eliminar del escenario a personas como estas. Hoy día existen demasiados medios para manifestar nuestro malestar. Usémoslos. Gritemos sin pudor que no nos gustan, que estropean nuestro deporte y desvían la educación de nuestros futuros.
Si por algo me siento tan defraudado hoy es porque amo el deporte. Porque creo que es un vehículo perfecto para formar en valores, porque veo en él un motor muy potente para educar personas y no permitiré, en la medida de mis posibilidades, que unos cuantos poderosos me jodan la autoridad moral de mis niños.

6 comentarios:

  1. Demos gracias que actualmente parece que estamos en una época que, los que de verdad nos gusta el deporte, vemos que ganan los "buenos", que gana la educación y el respeto antes que la prepotencia y el materialismo. Vease el fútbol o el tenis, sin ir más lejos.

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  2. "Mourinho...un extraterrestre de la educación" no se puede definir mejor..

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  3. Los máximos culpables de que Mourinho siga con estas malas artes son los periodistas. He seguido mucho a Mou en Chelsea y sobretodo Inter. Ha hecho muchas tonterías y desprecios pero lo que está ocurriendo últimamente es demasiado, se le ha ido de las manos y en parte creo que es por el bombo que le están dando la prensa, televisión, radio...

    Recuerdo en Inglaterra tras unas declaraciones desafortunadas, Wenger o Ferguson (no lo recuerdo exactamente) contestó diciendo a Mou no hay que hacerle caso.

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  4. Algo de culpa tiene Florentino. No debe pasar por alto estos comportamientos.

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  5. Yo estoy de acuerdo con Guille que mucha culpa la tienen la prensa televisión etc.

    Pero la mayor culpa de todo la tiene Florentino, cuando tu fichas a Mourinho para ganar titulos también sabes como es su forma de ser o al menos una idea y debería dejarle claro antes de empezar a que equipo viene a representar y que no le va a permitir tonterias como las que están pasando.

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  6. Florentino también, por supuesto, por permitir todo lo que está haciendo su entrenador.

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