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martes, 30 de agosto de 2011

Míster


De la palabra duelo me quedo con la tercera acepción que da la RAE, “pundonor y empeño de honor”, dos palabras, dos maneras de erigir la soledad como modo de vida.

Hablemos de duelos, tenemos donde elegir, Senna-Prost, Menotti-Bilardo, y si seguimos acercándonos cronológicamente y dirección banquillos, se nos ocurre pensar en Mourinho-Guardiola, un poco advenedizo quizás. Vivimos momentos convulsos en nuestro Clásico particular, el esférico se sale de plano y la polémica corre la banda. Reflexionando, y evitando pasar la red con un golpe certero como si de tenis se tratara, recordé una película que vi hace tiempo, “The Damned United”. Don Revie-Brian Clough, Leeds United-Derby County. Es una restrospectiva cuasi-perfecta. Finales de los 60’s, principios de los 70's, gradas de madera, futbolistas fumando antes del partido, barro, camisetas de algodón, más barro, jugadores aguerridos y “non-educated”, y finalmente barro.

Eran tiempos en los que el Leeds United ejercía de poder hegemónico en el fútbol británico, todos los rotativos y tabloides miraban hacia Elland Road, los titulares rezaban vítores. Europa entera sabía que ese equipo que vestía de blanco, solamente al principio de los partidos, ganaba y ganaba siempre, pero ¿cómo lo hacía?. Su entrenador, Don Revie, preparaba sus partidos desde la trinchera, su objetivo no residía solamente en ganar sino en aplastar. El balón los evitaba, el césped los acariciaba y los contrarios los temían.

En la Championship div. un equipo humilde, del norte, de acento “complicado”, el Derby County, entrenado por Brian Clough, un tipo que más tarde ganaría dos Copas de Europa con el Nottingham Forest. Irreverente, engreído, ególatra y solo, con su “inseparable” ayudante Peter Taylor, pero solo, él y su whisky, el único que realmente lo derrotó. Creía en unas ideas y las llevó hasta su final, como su tupé elvisiano. Acompañado de sus ideas y un equipo que creyó en él, llegó a ser el mejor equipo de la isla. Su error fue creer que no ganaba el título sino que estaba derrotando a su gran rival, Don Revie. Revie fue su antónimo, dentro y fuera del campo.

Es ahí donde impera la soledad del fútbol, la soledad del entrenador, el “empeño de honor”, no por alcanzar victorias sino por hacer acreedor de la derrota a tu rival. El fútbol nació como espectáculo, en Inglaterra por cierto, y sus integrantes, algunos, se han ido encargando de dinamitar su esencia. Pura y limpia como las indumentarias saliendo por el túnel, se ha ido enfangando por el empeño de algunos en convertir “su” fútbol como algo personal, en encumbrar la derrota y disimular la victoria. Afortunadamente, hoy en día, tenemos ejemplos muy cercanos que magnifican la forma y dilatan el fondo.

@DamenAlonso

3 comentarios:

  1. Visca el Barça y viva el fútbol!!!

    TGP

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  2. sublime!!! en fondo y forma.

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  3. Sensacional! Enhorabuena!! y la película la tendré que visionar, porque no la he visto. Saludos!

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